Angustia; Minuto a minuto

11:22 pm

 Se dibuja la silueta de un lecho en una oscura habitación débilmente iluminada por la luz de la pantalla de un reproductor de música.             Una joven se distingue levemente erguida, sosteniendo el reproductor en sus manos, escuchando una triste y melancólica melodía de piano.       Las lágrimas caen en la pantalla, quien es indiferente a su corazón.

11:25 pm

 Se escuchan algunos ruidos en el tejado, la joven aparta los auriculares y los escucha con más claridad. Después de unos instantes vuelve a su melodía, ignorando lo que pase afuera.

11:27 pm

 Los ruidos envuelven los oídos de la joven una vez más, ella apaga el reproductor y mira por la ventana; Un repentido temor la invade, una profunda e inquebrantable angustia.                             Mantiene la posición intacta, aún con el reproductor ahora apagado en las manos y los auriculares colocados en sus oídos.

11:30 pm

 Los ruidos continúan, es imposible ignorarlos, y ahora la angustia de la joven se agrava; Está paralizada, completamente inmóvil, levemente erguida sobre la cama colocada junto a la ventana, en total oscuridad, a excepción de las pálidas luces que se ciñen por la ventana.

 Un nudo en la gargante, palpita deprisa y una fría mirada posada en la ventana son ahora los cómplices y testigos de la joven en esa oscura y solitaria habitación.

11:33 pm

 Han pasado tres minutos ya, y la angustia aún no se extingue, los ruidos del tejado son más claros, y el crujir de las puertas y los muebles ocacionan una precipitada mirada en su dirección.

11:34 pm

 Un escalofrío recorre su cuerpo, cada ruido, por más pequeño que fuese, hace que su palpitar se acrecente.                                                                                                                                                           Y una vez más, la fría vista situada en el reproductor apagado.

11: 36 pm 

 Los ruidos en el tejado son más frecuentes, como pisadas; La angustia es inmensa.

11:37 pm

 Un ruido en la ventana y lo que es al parecer una sombra: La joven se asusta, un escalfrío recorre su cuerpo y con todo el temero de su alma voltea hacia la ventana; Nada, sólo oscuridad levemente disipada con las pálidas luces de la ciudad.

11:39 pm

 Los minutos más angustiantes de su corta vida. Los ruidos en el tejado parecen haber cesado, pero el temor permanece.

 Aparta el reproductor y arregla la almohada, y se dispone a dormir.

11:40 pm

 Una sombra atraviesa la ventana, se leventa de súbito y se asoma.                                                      Alguien aguera empuja el mosquitero, tiene una daga; La sangre salpica en las blancas sábanas, sale por la ventana, y todo vuelve a ser oscuridad total.

12:05 am

En el centro de una gigantesca habitación-sala iluminada por la luz de una escazamente encendida chimenea resalta un sofá, quien cómodamente usa un sujeto con una fría mirada fija hacia la ventana, sujetando con ambas manos una daga manchada de sangre.

Al compás de la obertura de Guillermo Tell mece suavemente y con movimientos lentos su cabeza, mientras deja fluir un par de lágrimas.

Poco después agacha su cabeza, aún sosteniendo la daga ensangrentada en sus manos; La música se hace cada vez más estrepitosa, los violines y las tubas profieren un canto delatador, que logra infundir un gran temor a aquél sujeto, mientras repentinos escalofríos invaden su cuerpo y rápidas y angustiosas miradas son clavadas a la ventana.

El ceño de angustia de disipa lentamente al igual que aquellos briosos crecendos de Rossini. Ahora la música se torna más calmada y relajante. Limpia su sudor con una mano, y coloca la daga en la mensa situada al lado de el sofá con la otra, se hunde más entre el fino forro aterciopelado de los cojines y deja descansar su cabeza en el respaldo. De pronto, las trompetas comienzan a sonar, comienzan a proferir un canto hipnótico ésta vez; De súbito el sujeto deja su asiento, toma su chaqueta, se la coloca, toma la daga y la limpia con un paño y la guarda en una funda prendada a su cinturón, toma una maleta de el suelo, apaga la chimenea lentamente esperando el final de la canción.  Seca más su sudor, y ahora con un airte completamente diferente; Retador y reanimado. Se coloca un par de guantes, ajusta sus zapatos y arneses que lleva en el cuerpo, exclama un grito profundo y victorioso, apaga el reproductor y sale a toda prisa por la puerta principal.

12:18 am

Mientras la ciudad duerme, o por lo menos parte de ella, alguien ronda los tejados acechando una vez más a su siguiente víctima..

3 Almas se desahogaron aquí...:

El viejo Hombre dijo...

En el principio no habia nada, solo era el Verbo y este dijo "hagase la luz", y con ella se iluminó todo lo que existe.
Dentro de nuestras mentes muchas cosas la ocupan, pero no tenemos luz para descubrirlas. En vez de eso ocupamos nuetro tiempo en el polvo.

"¿Que es lo que quieres?" ...

solo la luz de nuestra mente puede crear lo que realmente queremos....

pero...

lo sabemos??

Josh dijo...

Acaso cuando más nos acercamos a la luz, no es más larga nuestra sombra?

Desde el circulo en el que mi alma esta confinada en el Hades, pienso y leo tus versos, me hacen pensar y la verdad que los disfruto palabra a palabra.

La Angustia cesara tarde o temprano, más nunca yacera en un profundo olvido por mucho tiempo.

Saludos Examinis y muy buena entrada en el Blog¡¡
Una cordial despedida y un beso.

Dama Blanca dijo...

¡Hola!

Sé que no comento mucho a nadie últimamente, no tengo tiempo casi ni para actualizar, pero aprovecho para decirte que te leo, que me encanta lo que escribes, y que por eso te dejo unos premios en mi blog -no hace falta que los recojas si no quieres, simplemente es para que veas que tengo presente tu blog-.

¡Un beso!

Nunca miré la luz, ni la esperanza... La vida no tenía sentido para mí, & aún no encuentro mi razón de ser, y sé que no la encontraré, pero debo mantener los ojos abiertos & la mente despierta, nunca se sabe cuando se disolverán lentamente en el aire... Dejando tu cuerpo inerte en el suelo; Un letárgico sueño del que no despertarás, jamás...

Ahora es hora de irse, no fingas hipocresía y sólo di adiós...

IBSN: 20-04-4530-23